Diversos estudios mundiales han arrojado que pacientes contagiados por el virus del COVID-19 han sufrido demencia, inflamaciones cerebrales y otras enfermedades mentales.
Las investigaciones advierten que el coronavirus puede invadir el cerebro de los pacientes al viajar por el nervio olfatorio, que va desde la parte superior de la nariz hasta el bulbo olfatorio, el centro del olfato del cerebro. A partir de ahí, el virus puede establecer una base infecciosa y extenderse peligrosamente a otras regiones.
Trastornos agudos y crónicos asociados al COVID Síntomas neurológicos del COVID
Un estudio de la Universidad de Southampton en la revista Brain Communications confirmó la capacidad del COVID-19 para causar problemas mentales graves. El trabajo publicado en julio pasado, detalló que en 267 pacientes infectados con síntomas neurológicos, el 11% tenía delirio, el 9% tenía psicosis e inflamación cerebral y el 7% por ciento tenía otras encefalopatías (cualquier enfermedad generalizada del cerebro que altera su función o estructura).
‘Fue sorprendente que algunas de estas afecciones ocurrieran juntas en los mismos pacientes’. ‘Esto sugiere que Covid-19 puede afectar a múltiples partes del sistema nervioso en el mismo paciente’, explicó la autora principal y especialista en neurología, la Dra. Amy Ross-Russell. A pesar de que estos síntomas pueden disminuir tras padecer la enfermedad, en algunas personas ocasiona problemas neurológicos duraderos.
“La mayoría de estos pacientes tenían infecciones iniciales relativamente menores, como una enfermedad similar a la gripe, pero se han quedado con un catálogo de síntomas como fatiga, confusión mental y dolor en todos sus músculos”, detalló el doctor David Strain, vicepresidente del comité de personal académico médico de la Asociación Médica Británica. Sin embargo, un informe de Estados Unidos pubicado en julio pasado en The Lancet, advirtió sobre una inminente epidemia de demencia, en personas que padecen COVID-19 prolongado.
El estudio, dirigido por Roy Parker, profesor de bioquímica en la Universidad de Colorado Boulder, prevé que los pacientes con inflamación cerebral crónica sustancial, como puede ocurrir en COVID prolongado, podrían desarrollar altos niveles de proteínas cerebrales anormales. Estas proteínas, conocidas como tau, están fuertemente relacionadas con la demencia.
‘Sigue siendo posible que las consecuencias a largo plazo de las enfermedades infecciosas (como COVID prolongado) incluyan algunos tipos de enfermedades neurodegenerativas. La gran cantidad de infecciones por COVID significa que podríamos ver un aumento en el número de casos de demencia”. “Los estudios de seguimiento de la disfunción neurológica en los sobrevivientes de COVID-19 son esenciales”, advierte el informe. El trabajo también detalla que estos estudios deberían persistir durante al menos una década y centrarse en personas jóvenes (de 30 a 40 años).
Estos deben incluir análisis de sangre para verificar la presencia de proteínas tau. Además, a principios de este año, el doctor Dennis Chan, investigador principal del Instituto de Neurociencia Cognitiva del University College de Londres, publicó en la revista World Psychiatry, sobre la aparición del ‘COVID cognitivo’.
‘Existe un gran riesgo para las personas más jóvenes, como los de cuarenta y tantos, con COVID, ya que puede causar demencia en una edad avanzada que de otro modo no habrían desarrollado’. ‘En 20 años, es posible que veamos surgir personas con nuevos problemas mentales’, explicó a Good Health.
Estas afectacciones neuronales tienen un antecedente en pandemias anteriores, tal y como lo recuerdan algunos expertos. “El mayor ejemplo de cómo un virus puede dejar un daño neurológico duradero es la gripe española. Desde entonces, ha habido muchas otras manifestaciones posvirales de otras epidemias (como el brote de síndrome respiratorio de Oriente Medio en 2012). Así que no fue ninguna sorpresa que COVID duró tanto tiempo ‘.