La serie llamada ‘El Juego del Calamar’ ha sacudido las transmisiones vía streaming desde que fue estrenada en Netflix el pasado 17 de septiembre, aunque todavía hay quienes no entienden del todo de qué se trata e incluso son varias las personas que se cuestionan si se trata de una producción basada en hechos reales.
Filmada en Corea del Sur, donde saben bien cómo tratar las emociones humanas como el suspenso, la serie presenta los problemas con los que tiene que lidiar un grupo de personas que tienen problemas económicos en unos siniestros juegos que les prometen un premio de 45 mil 600 millones de wones (poco más de 773 millones de pesos mexicanos)… o la muerte.
El origen de ‘El Juego del Calamar’ Hwang Dong-hyuk fue quien gestó la idea y en 2008 empezó a escribir ‘El Juego del Calamar’, inspirado en mangas japoneses como “Battle Royale”, “As the Gods Will” o “Alice in Borderland”, en los cuales encontró el común de que las historias giran en torno a personas en mala situación económica.
Desde entonces pensó cómo podría generar una trama que pudiera ser trasladada a la televisión, aunque lo haría convencido en remover conciencias en una capitalizada sociedad, de una forma cruel y sin esperanza para los perdedores.
“Leí muchos cómics y me enganché al género de los juegos de supervivencia. En un intento de crear una versión coreana, comencé a planificar el trabajo en 2008 y culminé la idea en 2009”, explicó el director a The Cinemaholic. “La idea de que un ganador del juego se hiciera rico no fue bienvenida.
La brutalidad y crueldad de los juegos eran motivo de preocupación. Tuve que dejar la idea en un cajón”, abundó el creador, quien acabó el guión en 2009, pero debió esperar hasta 2019 para que Netflix le diera los recursos para darle vida.
¿Está basada en hechos reales?
La duda es constante en redes sociales, aunque la anterior explicación de que gestó la idea a raíz de algunos mangas japoneses echa abajo esa versión.
No es algo que tenga raíces en el mundo real y se trata únicamente de una crítica.
“Pensé que el juego era una metáfora perfecta de nuestra sociedad altamente competitiva”.
Hwang Dong-hyuk.