Un grupo de vendedores ha encontrado en las fechas de vacunación una manera más de hacerle frente a la pandemia.
Entre ofertas de diversa vendimia en que se ofertaban desde dulces hasta frituras preparadas y fruta, fue como los habitantes pertenecientes a Acajete desfilaban en la entrada y salida del Hospital Integral de esta comunidad, donde los comerciantes se dicen agradecidos por poder recibir un ingreso extra para sus hogares.
Mientras que al inmueble médico accedían personas de 30 años en adelante para aplicarse la vacuna de Sinovac, como primera dosis, y AstraZeneca en su segunda aplicación respectivamente, un grupo de al menos 12 vendedores ya esperaba en el acceso principal del nosocomio, donde usaban los gritos y música popular como herramienta de publicidad para sus posibles clientes.
Muestra de ello es Guadalupe, quien junto con su pareja sentimental comercia a las afueras del punto de vacunación. Al grito de “lleve las deliciosas” invitan a la ciudadanía de su localidad a comprar y probar sus paletas de hielo de más de cinco sabores diferentes, con las cuales se ayudan para salir adelante luego del golpe económico que les dejó la pandemia por covid-19.
Tanto esta comerciante, como los vendedores de duraznos, chicharrones, papas, bolis, golosinas y otros tantos productos, se dicen beneficiados en cada jornada de vacunación que de realiza en este inmueble ubicado a un costado de la carretera Acajete – Teziutlán, al que aseguran volverán a comerciar en cada oportunidad que sea posible para llevar un ingreso extra a sus hogares y compensar las fallas económicas que enfrentan.
Con ganancias de entre los 500 y mil pesos diarios, el grupo de vendedores ha encontrado en las fechas de inoculación una manera más de hacerle frente a la pandemia, sin embargo, saben que los cuidados básicos para prevenir un contagio de este virus es necesario y también se mantienen esperanzados en que la pandemia termine y así volver a sus labores habituales.