Aunque encabezados fatalistas aseguraron que la tormenta solar que se dirige a la Tierra provocará un “apagón masivo”, se trata de noticias falsas sin ningún fundamento científico.
Algunos medios de comunicación lo presentaron como una catástrofe global. Con encabezados fatalistas, aseguraron que este fenómeno colapsaría las redes de telecomunicación en todo el mundo. La atención mediática se enfocó en la posibilidad de un apagón masivo, consecuencia de una tormenta solar fulminante durante los primeros días de julio.
Al respecto, el Dr. Julio César Mejía, investigador del Laboratorio Nacional de Clima Espacial (LANCE) del Instituto de Geofísica (IGF) de la UNAM, tiene sus reservas con respecto a este tipo de coberturas efectistas.
¿Qué es una tormenta solar?
Julio César Mejía ha dedicado gran parte de su trayectoria al estudio del clima solar. En entrevista con Muy Interesante México definió a las tormentas solares como “una liberación de energía sobre la superficie del Sol, que puede llegar a impactar nuestro campo geomagnético“.
Gracias a la protección de esta coraza natural, asegura Mejía, la vida en la Tierra existe como la conocemos. En términos de la tecnología eléctrica, sin embargo, sí puede haber consecuencias:
“Estas explosiones se propagan en forma de radiación electromagnética”, explica el experto. “El campo geomagnético es una coraza que nos protege. Si no tuviéramos tecnología, estaríamos completamente despreocupados”.
A partir de sus años de observación, el investigador asegura que este tipo de fenómenos no son peligrosos para la vida humana. En términos biológicos, no existe evidencia suficiente que sustente el hecho de que este fenómeno estelar pueda tener repercusiones en la salud. Si estuviéramos expuestos directamente a estas partículas, por el contrario, los daños en el organismo serán inmediatos.
¿Cada cuándo ocurren estos eventos?
Estos eventos astronómicos no son nuevos. Por el contrario, a lo largo de la historia natural de nuestro Sistema Solar se ha presentado periódicamente, según detalla el investigador del Servicio de Clima Espacial México (SCiESMEX) de la UNAM:
“Este tipo de fenómenos ocurren cada 11 años, aproximadamente”, explica el experto. “Empiezan con unas manchas que aparecen en el Sol cada cierto tiempo, pero no podemos pronosticar con precisión cuándo ocurrirán”.
Mejía hace el símil con los terremotos. A pesar de que sabemos cómo operan las placas tectónicas de la Tierra, no podemos saber en qué momento se dará un movimiento telúrico de este tipo. Con las tormentas solares sucede algo similar. Aunque sabemos que existen los vientos solares, es prácticamente imposible determinar cuándo impactará uno de estos a nuestro planeta.
¿El viento solar afecta a la tecnología?
Potencialmente, apunta Mejía, ésta siempre es una posibilidad. En el pasado, este tipo de fenómenos ya han tenido repercusiones en la tecnología. La primera vez fue registrada durante la segunda mitad del siglo XIX, cuando el astrónomo inglés Richard C. Carrington atribuyó la quema de las líneas del telégrafo a una tormenta solar poderosa.
Ésta no fue la única ocasión en la que la tecnología se ha visto afectada. Se sabe que las tormentas solares pueden afectar el contacto entre las torres de control y los aviones que sobrevuelen los polos. De la misma manera, durante el siglo XX se registraron eventos similares que afectaron la comunicación con satélites antropogénicos:
“Ya han habido satélites que se han dañado a causa de una tormenta solar”, especifica Mejía. “Cuando llegan las partículas a interactuar con la eléctrica de los satélites, estos se pierden o se dañan los componentes”.
En términos de un apagones, eventos muy intensos pueden ocasionar cortes de energía. El más reciente ocurrió en 1989 en Quebec, Canadá, cuando millones de personas se quedaron sin energía eléctrica durante varias horas.
De la misma manera, se ha identificado que estos fenómenos interfieren con las telecomunicaciones y los sistemas de posicionamiento global. Sin embargo, esto sucede a nivel regional. Muy difícilmente un evento de este tipo incidirá de manera particular en los teléfonos inteligentes y dispositivos de uso personal de los seres humanos. “Eso, a pequeña escala, no ocurre”, dice el experto.
Con todo, Mejía hace énfasis en que el público se acerque a los institutos especializados para obtener información fidedigna y confiable sobre tormentas solares y otros fenómenos geológicos. Las exageraciones mediáticas si ninguna clase de sustento científico tienden a estar sesgadas por una necesidad de audiencia, y pocas veces describen con precisión la naturaleza de estos fenómenos naturales.