Un migrante originario del estado de Puebla fue asesinado el fin de semana en Ciudad Juárez, Chihuahua, tras enfrentar a presuntos traficantes de personas que intentaban agredir sexualmente a su hija de 19 años.
Los hechos ocurrieron en una casa de seguridad ubicada en la colonia Papigochi, en el cruce de las calles Río Napavechi y Río Tutuaca, donde al menos siete migrantes eran retenidos ilegalmente por “coyotes” que supuestamente los cruzarían a Estados Unidos. Entre las víctimas se encontraba una familia poblana, además de ciudadanos originarios del Estado de México, India y Bangladesh.
De acuerdo con testigos, tres hombres que custodiaban el inmueble comenzaron a consumir alcohol y posteriormente intentaron abusar de la joven poblana. Su padre, identificado preliminarmente como A.C.T., de 42 años, intervino para protegerla, utilizando un cuchillo y un tubo para enfrentarlos.
Uno de los agresores respondió disparándole con un arma calibre .45. El migrante recibió tres impactos de bala y murió en el lugar. Los atacantes huyeron por los techos del inmueble, dejando el arma abandonada, la cual fue asegurada por las autoridades.
La madre de la joven logró escapar y pedir auxilio. Minutos más tarde, elementos de la policía municipal, la Fiscalía General del Estado y personal del Instituto Nacional de Migración (INM) acudieron al lugar y rescataron a las siete personas que permanecían retenidas.
Las víctimas fueron trasladadas a la Fiscalía de Chihuahua para rendir su declaración y posteriormente llevadas a un albergue en condiciones de resguardo. El cuerpo de la víctima fue enviado al Servicio Médico Forense (SEMEFO) para la necropsia de ley.
La Fiscalía abrió una carpeta de investigación por homicidio y privación ilegal de la libertad, mientras los responsables siguen prófugos.
Chihuahua: un punto de alto riesgo en la ruta migratoria
Ciudad Juárez es uno de los principales puntos de cruce migratorio hacia Estados Unidos. Miles de migrantes transitan cada año por el estado, expuestos a redes de tráfico de personas, extorsiones, secuestros y hacinamiento en condiciones inhumanas.
Se estima que los traficantes, conocidos como “polleros” o “coyotes”, cobran entre 5 mil y 25 mil dólares por persona para cruzar la frontera. Algunas de estas redes incluso promocionan sus servicios a través de redes sociales, atrayendo a migrantes con falsas promesas de rutas “seguras”.
La tragedia de esta familia poblana es un reflejo crudo de la vulnerabilidad que enfrentan miles de personas que huyen de sus países en busca de un futuro mejor.