Expertos de Stanford identifican una nueva condición a la que llaman “fatiga de zoom” una secuela más de la pandemia de COVID-19 ¿de qué se trata?
Ha surgido una nueva condición en la Facultad de Psicología y Sociología de la Universidad de Stanford. Este fenómeno ya existía, pero aún no se había desarrollado a nivel actual. Además, decidieron identificarlo con elementos de la era digital que crecieron exponencialmente en el 2020. Se trata de la “fatiga de zoom“, conoce de qué se trata todo esto.
Al escuchar la palabra “zoom”, ya podemos imaginar cómo se desarrollará la situación. Zoom es una aplicación de videollamadas poco conocida. Además, se hizo popular debido a la pandemia provocada por el coronavirus., desde que se convirtió en una alternativa a las reuniones de trabajo, ha crecido de manera impresionante.
los investigadores de Stanford le dieron esta identificación con la intención de señalar los aspectos que causan la condición. Detallan que son todas consecuencias que están sujetas a tener una videollamada. Las mimas no tienen que ser por Zoom para sufrirlo. Sin embargo, recibe el nombre porqué es la plataforma de este tipo, de mayor crecimiento.
¿De que trata la Fatiga de Zoom?
El fenómeno explicado por su índice señala ciertos aspectos que lo provocan. La primera es que nos centramos en la mirada constante de la pantalla, ya sea realizando tareas o realizando videoconferencias.
Es decir, cuando se estaba en la oficina y había reunión, se asistía quizás a un salón y la interacción era con las personas. Mientras que en la actualidad, aunque haya alguien detrás, con lo que se relaciona el individuo es con la pantalla.
Otro de los aspectos que identifican es la constante costumbre de mirar a todos, incluso a uno mismo. En las reuniones convencionales se mira solo al interlocutor. No obstante, en una videollamada, se mira a todos los que están presente en pantalla. Asimismo, tenemos la sensación de que también nos están mirando. Por lo tanto, eso activa varias zonas cerebrales y genera cansancio o “fatiga de zoom”.
Explicaron los científicos de Stanford que siempre hay un close-up del rostro de cada persona. Entonces eso se puede interpretar como que estamos muy cerca de la cara del otro.
En consecuencia, el cerebro tiene dos opciones para interpretar la cercanía del rostro: apareamiento o conflicto. Esto último lleva a trabajar a la mente y termina generando un agotamiento.