La Organización de las Naciones Unidas (ONU) instauró la celebración anual del Día Mundial del Agua en 1992, como un medio para concientizar acerca del cuidado de los recursos hídricos a nivel mundial.
Bajo el lema “Agua para todos”, este año la ONU se ha pronunciado por aumentar los esfuerzos para lograr una gestión sostenible del agua por medio de la cual se pueda asegurar la disponibilidad de este recurso para todos los habitantes del planeta.
Desde el año 2010, las Naciones Unidas reconoce el acceso al agua potable como un derecho humano esencial. Esto significa que toda persona tiene derecho a disponer, sin ningún tipo de discriminación, de agua suficiente, segura, aceptable y asequible para su uso personal y doméstico.