Los ríos son cuerpos de agua que permiten la regulación ecológica de los ecosistemas que les rodean. Son de gran importancia, ya que además de suministrar agua dulce necesaria para la supervivencia de animales y plantas, también llevan a través de su cauce, sedimentos y minerales que fertilizan los laterales del río, permitiendo la proliferación de todo tipo de flora.
Los ríos son también indispensables para el desarrollo de las comunidades humanas, pues de ellos obtenemos agua dulce primordial para nuestra supervivencia, ya que de esta derivan prácticas agrícolas y pecuarias base de nuestra alimentación. De los ríos también obtenemos alimentos de forma directa, pues la pesca en río ha sido una de las actividades alimentarias más aprovechadas a lo largo de la historia.
Desafortunadamente, al tratar de aprovechar al máximo el beneficio de los ríos, el hombre ha potenciado mecanismos que han terminado por dañarlos y ponerlos en riesgo, dos ejemplos claros de esto es la construcción de represas y la contaminación de los ríos.
La contaminación es otro factor que ha dañado considerablemente a los ríos, pues al ser conductos directos hacia el mar, muchos desechos industriales han sido vertidos durante años, generando que gran cantidad de ríos en todo el mundo se encuentren en grados de contaminación tan extrema, que la vida en ellos se ha vuelto prácticamente imposible de mantener.
Es por eso, que este 14 de marzo se ha declarado como Día Internacional de Acción por los Ríos, con el fin de implementar mecanismos que ayuden a recuperar el estado natural de estos valiosos cuerpos de agua.
Uno de estos mecanismos, es la regulación de las leyes en materia ecológica, que sancionan de manera contundente a las empresas que contaminan ríos y lagos al desechar contaminantes. Las alternativas para rescatar a los ríos, no giran solamente en torno a la concientización sobre la importancia de no contaminarlos, sino también de forma activa, tratando de revertir los efectos ecológicos que la contaminación ha generado en ellos.