
Un día como hoy, en el año 1923, el arqueólogo inglés Howard Carter entraba en la cámara funeraria del antiguo faraón egipcio Tutankamón. El arqueólogo Howard Carter viajó a Egipto convencido de que había al menos una tumba que no había sido encontrada: la del desconocido faraón Tutankamón, quien vivió alrededor del año 1400 a.C. y murió cuando todavía era un adolescente. Su búsqueda fue financiada por el adinerado británico Lord Carnarvon.
A principios de 1922, al ver que los años pasaban sin ningún hallazgo, Carnarvon quiso suspender la investigación, pero el arqueólogo lo convenció de extenderla un año más. A fines de 1922, el equipo de Carter encontró una antigua puerta sellada, que correspondía a la tan buscada tumba de Tutankamón. Ingresaron a la cámara interior el 26 de noviembre, y se sorprendieron al encontrarla prácticamente intacta después de más de 3000 años. El 16 de febrero abrieron la última cámara. Allí encontraron, además de diversos tesoros como joyas y estatuas, un ataúd de oro macizo que contenía el cuerpo momificado del faraón.